miércoles, 7 de noviembre de 2007

Comentario 5 EL ORDEN DISCURSIVO EN EL AULA: ANÁLISIS DE ESTRATEGIAS Y RECURSOS.




Es un hecho innegable que el profesor trabaja con un discurso. Parte de él, a veces lo padece y se encuentra en una lucha diaria por que este discurso alcance a todos, sea claro y diáfano, evite malas interpretaciones y que llegue a la profundidad que quiere o que puede el profesor. Si además de ello le agregamos que ese discurso debe tener por intencionalidad el desarrollo de aprendizajes, la situación se torna más compleja. Al parecer ya se han superado en muchos lugares los paradigmas de clases magistrales y grandes discursos que más bien son monólogos enmascarados.

Actualmente se busca la dialoguicidad, la participación, la construcción social del conocimiento y la obtención de habilidades para la vida. sin embargo poco se repara en los modos disfrazados en que los sistemas reproducen socialmente los mecanismos de dominación y embrutecimiento del ser humano. Mucho se critica de los medios, ya sean los masivos como la radio, el cine, la televisión y la Internet, dentro o fuera del aula, y poco se nota la manera explícita de la dominación, misma que en algún modo se expresa en la semántica misma del lenguaje utilizado en esos medios.

Existen, ciertamente como lo explica Kaplún, medios que hablan, y medios para hablar. Si tomamos al lenguaje hablado como paradigma, nos encontramos de inmediato con que el lenguaje y el discurso no puede ser tomado como un mero “proceso ideal” a la manera de Habermas, cayendo en el formalismo procedimental o de la manera más simplista en que muchos comunicadores caen. Me parece que lenguaje y discurso se asemejan más en su acción y reacción a una compleja red, que a una línea de “ida y vuelta”. En ese sentido, la comunicación en el aula altera la estructura de la información presente en cada una de las cabezas de los integrantes de una clase. Cada mensaje provoca reacciónes diferentes en cada uno de los nodos.

Al analizar las prácticas y los procedimientos de los profesores podemos encontrar indicios de ello. Podemos también encontrar rastros bastante evidentes de formas de control y dominio. Esto es necesario bajo la forma que reviste nuestra educación actual. Mantener el control de la atención y la imposición del lógos del profesor –experto en la materia- hacia unos discentes que se marcan como lo vacío que hay que ser llenado, la misma dinámica educativa necesita del control para cumplir su cometido.

Lejos estamos aún de los días en que la educación sea un proceso placentero y deleitable. Toda educación nos lleva a un autocontrol en algún sentido, ya sea en el de aventurar conjeturas apresuradas, o en el de la comprensión y dominio de las emociones, como en el de la ética. Tal vez ese elemento de autocontrol no sea más que la interiorización de normas y premios y castigos. Es ridículo que el ser humano funcione con alicientes tan pedestres, sin embargo es un hecho de la psicología humana que funcionan para educar la impaciencia del educando.

Un control en su justa medida no es nocivo; de hecho es un requisito indispensable en toda situación educativa, y me atrevo a afirmar, que se le necesita incluso ahí donde la gente acude libre y gustosamente a aprender algo. Ciertamente, como detectan Kevorkian y Piaggio, el anteponer el control discursivo al objeto de estudio es caer en un suelo que casi cualquier docente ha tenido que pisar. No hay que obviar entonces pues, que un ambiente de orden discursivo en necesario en cualquier situación que implique una comunicación interactiva entre seres interesados en comunicarse.

Reflexiono en que la figura medieval del magíster ha venido deslavando y desfigurándose cada día más. Hoy se apuesta a que el maestro sea un coordinador, un facilitador de aprendizajes, una persona que no tenga miedo de ceder su poder y distribuirlo entre sus alumnos. Se pide que sea una persona con las cualidades de un buen conductor de concursos, y que a la vez cuente con la seriedad de un docente experto en lo que sabe. Que tenga la firmeza de carácter para que la clase no se vuelva un circo, pero que tenga a la vez el corazón abierto para lograr la empatía con sus alumnos.

Se critica al lenguaje y los procedimientos del profesor, como encubridores de un sistema de control que el mismo padece y reproduce, pero yo me pregunto si ese profesor ha tenido las herramientas que sienten las condiciones de su cambio. Si ha de modificar su lenguaje, me aventuro a decir que alguna parte de su estructura del mundo se modificará en la misma medida, lenguaje y redes neuronales se implican de una manera apenas sospechada. No en vano alguna vez Wittgenstein declaró que los límites del nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo. La mera conciencia del error no introduce nada nuevo, hace falta la exploración de vías alternas. La educación debe cambiar, eso me parece evidente y plausible. Las manera en que lo ha venido haciendo muchas veces son apuestas a los medios sin reflexionar en el cambio que se debe generar en el interior del hombre que se quiere educar. Por otro lado, mientras fuera de las aulas la misma sociedad se fragmenta en los mismos sistemas de control y engaño, poco hará realmente cambiar la manera de educar y ser educado.

Las palabras reflejan el mundo?

No lo sé con certeza, lo que sí puedo afirmar es que son la ventana al mundo interior. La magia de un profesor que utiliza su lenguaje de manera peculiar, es que nos lleva a pequeños vistazos de su mundo interno y los comparte con nosotros. El infierno cuando solo esa palabra es válida y cuando se impone como monólogo y como la única verdad.

7 comentarios:

Jan dijo...

Bueno, como ya sabes, yo notengo experiencia, más que como alumna; ahora en la MADEMS, me enfrento a las exigencias que mencionas, a características y actividades que vi muy rara vez en mis maestros, y que parecen innovadoras... "El Profesor Ideal"... qué necesita el docnete para llegar a ser este ente que necesitan los alumnos y la sociedad, la tarea más difícil de cualquier humano: Conocerse, para así actuar con prudencia y congruencia ante las necesidades del mundo.

Armando dijo...

Jorge:
Creo que tu haz llamado la atención sobre un aspecto olvidado en la enseñanza y que al igual que tú, yo conidero que se debe de trabajar, me refiero al hecho que aun estamos lejos de los días en que la educación sea un proceso placentero y deleitable. Toda educación nos lleva a un autocontrol en algún sentido, ya sea en el de aventurar conjeturas apresuradas, o en el de la comprensión y dominio de las emociones, como en el de la ética. De hecho parece que la educación se ha tornado en un proceso que sirve alos propósitos y deseos de ciertos grupos en el poder, que lejos de fomentar el libre pensamiento y la creación, buscan suprimir cualquier sentido de iniciativa por parte de los alumnos. Saludos Armando Rubí Velasco.

Alma Rosa dijo...

"La magia de un profesor que utiliza su lenguaje de manera peculiar, es que nos lleva a pequeños vistazos de su mundo interno y los comparte con nosotros"
Al igual que Jan, aún tengo como única referencia, mi vida académica como alumna, pero te apoyo en lo que has escrito, porque estoy convencida que es precisamente así, como los docentes logran trascender en la vida de los alumnos.
En lo particular, a mi me gusta estar con maestros que son capaces de envolverme con esa magia de la que hablas (afortunadamente siempre los he encontrado), porque me motivan a tomar un compromiso con ellos y conmigo misma para aprender y mejor aún, me facilitan el trabajo para obtener la máxima calificación.
De hecho... el primer y más indispensable de los recursos con el que cuenta un docente es su voz y hasta ahora (con esta clase) me cae el veinte de que "también" hay que "aprender a comunicarse con los alumnos" y el reto se torna más atractivo para superar... Jaja! me he dado cuenta en práctica docente y de plano lo confieso, por fin me tope con pared! todavía soy una alumna que no me gusta hablar (participar) en clase pues prefiero escuchar con atención, retomar ideas, reinterpretarlas y escribirlas... pero si deseo trascender positivamente en la vida de los alumnos, mi forma de ser ya no me sirve en mi papel como docente :(

ALEJANDRA dijo...

Hola Jorge:

Al leer tu comentrio me quedé pensando que, aunque revisemos y analicemos las estrategias que usamos para impartir nuestras clases y los recursos que tenemos a nuestro alcance, no sirve de mucho si no pretendemos modificar nuestra forma de trabajar en el aula para ser mejores docentes.

Es fundamental dejar a un lado el monólogo y promover el diálogo considerando que el mensaje y las explicaciones serán interpretadas por cada alumno de diferente forma, pero si el profesor tiene la capacidad de interesar demasiado al alumno por medio de su discurso, este dejará de ser un mero monólogo pues ha logrado trascender e impactar al otro, removiendo ideas y esquemas de pensamiento mientras se reflexiona sobre lo que se esté escuchando.

"una persona que no tenga miedo de ceder su poder y distribuirlo entre sus alumnos" logrará trascender como profesor, "Que tenga la firmeza de carácter para que la clase no se vuelva un circo, pero que tenga a la vez el corazón abierto para lograr la empatía con sus alumnos" me quedo con esta frase, que si fuera practicada por cada uno de nosotros los docentes, tendríamos mucho a nuesttro favor durante nuestro trabajo en el aula...
saludos
alejandra

Cecilia dijo...

Acertadamente esta posición, me acercar a mi propia percepción de la enseñanza.Para mi la educación es un proceso que disfruto desde cualquier ángulo de mis ejercicios de comunicación con mis alumnos. En el pasado aun sin el el soporte teórico he realizados múltiples ejercicios que me han dejado satisfecha. También reflexiono en muchos maestros que hemos tenido seguramente también han disfrutado su ejercicio docente en el aula con nosotros y hemos obtenido mucho provecho de esos ejercicios.
La sugerencia de Ale, de dejar atrás el monólogo es una muestra de la nueva visión del proceso de enseñanza aprendizaje en el aula. Esto mismo es lo que hemos venido discutiendo en el curso.
Me sigue gustando la forma en que ordenan sus ideas los filósofos y como escriben también.
Ojalá aprenda mucho más de ustedes.
Pero sigo con la idea de que la genética determina la inteligencia, aun cuando sea fuertemente influenciada por el medio.

Mackrina dijo...

Jorge:

Me parece muy acertado lo que planteas acerca del discurso como una de las principales herramientas de las que disponemos como docentes. El manejo de esta herramienta puede considerarse como un arte. En este sentido, saber manejar el discurso requiere de una maestría que sólo se va obteniendo con el tiempo y la experiencia. Yo también estoy de acuerdo en que se debe cambiar el sistema tradicional de enseñanza donde el espacio se vuelve la expresión monolítica de un docente. Pero también hay que reconocer que existen clases magistrales muy buenas que de verdad llegan a deleitar por completo a los alumnos e incluso motivan a profundizar el conocimiento.

Tesalia dijo...

hola jorge

Me parece muy bien tu comentario sobre las clases del profesor y el discurso, y de lo lejana que esta la educacièn en que se aprenda por gusto. Somos muy pocos profesores que estamos intentando facilitar al alumno el aprendizaje, y desgraciadamente siguen existiendo profesores que utilizan el discurso como mera comunicaciòn en el aula. Creando en los alumnos la idea de que ciertas materias no son importantes en para su formaciòn y mucho menos para su vida cotidiana, y todo por que el profesor simplemente no se da a entender con un lenguaje claro y no busca mecanismos que les facilite su entendimiento.