lunes, 5 de noviembre de 2007

Comentario 2 "Comunicación en el aula"



Hablar de comunicación efectiva implica tomar en cuenta un cúmulo de factores que rebasan el esquema tradicional de comunicación. Bajo la mirada de este, el fenómeno de la comunicación puede ser reducido a un proceso análogo al que se da entre ordenadores o entre ordenadores y máquinas. Es decir, en términos de cómo un estímulo o input produce una cierta respuesta u ouput. Bajo esta simplificación, ciertamente es posible concebir modelos que predigan una serie de acontecimientos comunicativos entre sistemas lógicos –como el software de una computadora- o entre aparatos que compartan cierto nivel de comunicación. Lo que se pone en duda, es la efectividad de esta simplificación para fenómenos más complejos en la comunicación del ser humano. Así, como reacción a las simplificaciones conductistas, se han generado concepciones sobre la comunicación alternativas y que incorporan en su visión diferentes aspectos importantes para el análisis del fenómeno.

En este momento nos interesa centrar el enfoque en la situación comunicativa en el aula. Sin ánimo de caer en obviedades, se hace cada día más necesaria la transformación de los sistemas de enseñanza en ámbitos abiertos a la formación del hombre y de la mujer de acuerdo a los tiempos en que estos vivirán. Las antiguas pedagogías de corte tradicional e incluso las que se consideran modernas por incorporar aspectos tecnológicos no están dando resultados efectivos que permitan la adecuada inserción del ser humano en un mundo que dicta estándares cada día más altos. La situación que viven los jóvenes en el mundo contemporáneo demanda de ellos habilidades perdurables para toda la vida que garanticen su movilidad en un mundo de información y tecnologías.

Si bien los tiempo dictan que la educación se centre mucho más en el alumno y su proceso de aprendizaje, aún no se ha llegado al punto en que cada escuela sea considerada un espacio abierto al descubrimiento y la investigación, sino todo lo contrario, aún mantiene su vigencia de control la pedagogía tradicional como mera transmisora de información y no como una pedagogía de la comunicación, que es requisito básico para la mentalidad democrática que se pretende formar. Sabido es, que en la forma de relacionarse los sistemas de enseñanza con el discente, se encubren relaciones de poder, dominio e ideología. No será lugar aquí para discutirlo, solo baste decir que el rol del docente, del sistema educativo y de los recursos o tecnologías que se empleen en la educación tienen que ser criticados reflexivamente para no dar por supuestos algunos principios transformadores de la práctica docente en particular.

Así, el sistema educativo tiene tres grandes áreas de oportunidad para transformarse en un sistema que promueva el desarrollo autónomo del ser humano, a saber: transformar la escuela en un espacio de exploración y descubrimiento. Espacio cuya epistemología será radicalmente diferente a la denominada “educación bancaria” descrita por Freire. Para esta epistemología implícita en el modelo tradicional, el conocimiento es un objeto manipulable en el solipsismo de la mente, sin relación necesaria con el entorno, el tiempo y los pares. El aprendizaje consiste en una mera acumulación de datos que después estarán dispuestos a su recuperación.

La primer gran misión de la educación para este nuevo siglo, es acercar el conocimiento de tal manera que el proceso de descubrimiento vaya modificando las estructuras del individuo de tal manera que lo impacte y lo motive a descubrir e investigar más.

La segunda consiste en algo que se detecta como un “modo de producción fabril” dentro de la lógica de la enseñanza. Desenmascarar dicho modo de producción implica pues, moverse en el plano de las ideologías y cómo estas se condensan en prácticas concretas al interior del aula.

La tercer gran misión se refiere a los roles que se juegan dentro del salón de clases. Bajo el término rol, se entiende una serie de prácticas definitorias de la posición que juega un individuo dentro de una cierta dinámica de interacción con otros individuos. Los roles que se juegan en la enseñanza tradicional son verticales y fonológicos de arriba hacia abajo. Justo es en la cuestión de la comunicación donde hemos de centrar nuestra atención.

Ya Heiddeger había anunciado que “el ser que puede ser entendido es lenguaje”, esto es, que el ser humano en particular tiene un configuración lenguagica por así decirlo, que se traduce a cada momento de su ser en una comunicación no necesariamente verbal o bajo la forma de signos, sino como silencios, actitudes y gestos.

Para la formidable tarea de enseñar, es preciso poseer en una proporción adecuada un conocimiento profundo de la materia a enseñar, y un dominio de habilidades básicas para enseñar. Polémica hay sobre el lado hacia donde debería inclinarse la balanza, lo cierto es que no se puede -en definitiva-, enseñar sin conocimiento o sin habilidad. Una justa medida adecuada a cada persona es necesaria para lograr el equilibrio que permita una enseñanza efectiva.

Muchas veces se piensa que optimizar la enseñaza significa la introducción de medios, técnicas y recursos novedosos, de “moda” o “políticamente correctos”. Sin embargo se olvida que las herramientas de que se vale un profesor son neutras y responden a una intencionalidad humana. El cómo no se antepone al qué y al para qué. Las herramientas son “adecuadas” o “inadecuadas” para cierta situación. Y hay herramientas que no están diseñadas expresamente para cierto problema, pero que pueden ser útiles en ciertos casos, así como se puede utilizar un desarmador de cabeza plana en un tornillo con cabeza de “cruz”, pero no en todos los casos.

Lo que quiero remarcar con esto, es que las técnicas, medios y recursos dejan de ser adecuados para una situación cuando se pierde la proporción y la intención. Un elemento tecnológico en una aula automatizada puede, en efecto, convertirse en un instrumento de alienación y control, o convertirse en un recurso efectivo que apoye la labor docente.

Así, optimizar la enseñanza no implica por necesidad la introducción de elementos novedosos en sistemas viejos e inoperantes, sino la gestión efectiva de recursos disponibles en un sistema dinámico. Uno de los recursos más importantes de que dispone un docente es el lenguaje, entendiendo por éste, todo recurso que le permite comunicar, codificar y decodificar un mensaje, como lo es el lenguaje corporal, las inflexiones de la voz y el ritmo, etc. Es decir, todo aquello que hace operante un sistema de comunicación de manera efectiva en una situación de comunicación entre dos personas.

Aquello que se busca formar en los alumnos es, entre otras, una serie de habilidades y estrategias comunicativas. Habilidades que en su caso yo llamaría aplicativas en cuanto a su modo de expresión. Tomando en cuenta que existen habilidades meta-cognitivas que se refieren a la autoconciencia en los procesos de conocimiento, y también procesos lógicos que refuerzan las mismas habilidades. Dentro de las habilidades de la meta-cognición, se pretende que el alumno se ponga en relación con su proceso de aprendizaje de una manera autónoma y creativa. En este sentido, se pretenden desarrollar habilidades de aprendizaje que permanezcan para toda la vida, esto es, estrategias de búsqueda, procesamiento y recuperación de información en un m undo en que la información se vuelve cada vez más accesible, pero no queda tan clara la manera de utilizar esta información de una manera relevante y adecuada. Habilidades que serán necesarias para un nuevo siglo, el saber cómo es que se sabe aquello que se dice saber, implica una reflexión de nivel más profundo, puesto que implica ser auto conciente de procesos y estrategias que se lleva a cabo de manera individual y personal. Esto significa hacer notar al individuo el poder que tiene para sí mismo el seguir cierta estrategia de aprendizaje.

En cuanto a los procesos lógicos, nos referimos a las estrategias de inducción, deducción y valoración presentes en un discurso o en un acto comunicativo. Son procesos lógicos del pensamiento y reglas de argumentación que pretenden reducir la equivocidad en la comunicación y sentar un orden en la forma de presentación de las ideas. Esto resulta de vital importancia para estructurar un mensaje y codificarlo en una lengua.

Optimizar la comunicación implica invertir la menor cantidad de energía con la mayor cantidad de éxito. Esto trae consigo el ser consciente y capaz de movilizar los recursos personales para lograr que el receptor o la audiencia logren captar lo más fielmente posible el mensaje emitido. Aquí es preciso distinguir una cosa muy importante. Toda comunicación implica una transmisión de información, sin embargo, no es verdadero que toda información implica un acto de comunicación. Distinguir entre estos dos niveles es una sutileza muy útil para detectar dos procesos que en el fondo son radicalmente diferentes. Comunicar no es meramente informar, así como informar no necesariamente es comunicación. Para que se dé esta, es necesaria una serie de elementos que deberán estar presentes en dicha situación. Una de las distinciones más importantes reside en el hecho de que la información es en su forma más extrema unilateral, la comunicación es un acto dialógico. Esto es, mientras que para informar no es necesaria la participación activa de un receptor. Yo puedo informar a la población de una nueva medida o norma que hay que acatar y no necesitar comunicarme con los receptores de dicha medida. Las normas son de esta naturaleza, pero también los actos autoritarios y unilaterales. Informar es un acto solitario, unidireccional y que promueve en el fondo una pasividad latente. El espectador de televisión es el modelo de receptor pasivo ante un medio informativo. Se requiere un tratamiento especial en la información recibida para que se convierta de un medio unilateral en un medio que promueva situaciones de diálogo. El lector atento, el espectador que decide, que crítica, y en igual medida el usuario de la red que utiliza la información como un medio para comunicarse realmente son ejemplos que pueden realizar la mediación entre ambos polos.

A su vez, comunicar implica algo más que la simple transmisión de un mensaje y su confirmación. Si reducimos el esquema de la comunicación al receptor, al emisor, al medio o canal y al mensaje, como tradicionalmente se ha hecho, se pierden de vista elementos que son necesarios en una comunicación humana que se distingue por tener crestas y valles, silencios y gestos, reacciones, acuerdos y desacuerdos, en fin una gama extensa de elementos orgánicos que impiden reducir la comunicación a un mero intercambio mecánico. La verdadera comunicación participa de lo dialógico de una manera dialéctica, y en ella no es posible considerar neutralidades o equilibrios ideales entre individuos, sino todo lo contrario, que cada persona o grupo humano se comunica desde situaciones particulares y diferentesy que esto condiciona la manera en que la comunicación es realizada.

La apuesta educativa contemporánea, es una en la que la comunicación y el proceso de aprendizaje se centre en el receptor de esa enseñanza. Para ello es entonces preciso que los docentes sean capaces de reorganizar sus recursos personales hacia una comunicación efectiva dentro del salón de clases. Romper la dicotomía informar-comunicar para generar un aprendizaje significativo.al parecer, una comunicación que realmente promueva lo dialógico deberá ser: motivadora, persuasiva, estructurante del sistema de referencia del receptor, adaptable a cada situación y contexto, consistente con los recursos y mensajes utilizados, generalizadora e inteligible.

Bajo el supuesto de las ideologías, nos damos cuenta que una comunicación tradicional reproduce esquemas de ordenamiento de la realidad que limitan el crecimiento personal y limitan el aprendizaje. A una comunicación unilateral, dogmática, respetuosa de las jerarquías y de los procedimientos, orientada a productos y que establece distancia, le es propio un desenvolvimiento de individuos que respeten ciegamente las normas, que sean acríticos y reproduzcan el mismo dogmatismo con que fueron educados. Recordemos que las ideologías encuentran formas de interiorización y reproducción a través de la pedagogía implícita del salón de clase. Un estilo de comunicación efectiva, al par que mejora el rendimiento en el desempeño de la clase, fomenta condiciones de apropiación del discurso en los alumnos y de actitudes y habilidades sociales. La comunicación que fomente el desarrollo de un individuo tolerante, justo, reflexivo, tiene que ser una que reproduzca estos valores en su misma práctica, lo contrario solamente dejaría ver con ironía la contradicción entre las teorías y la práctica misma. Así, como conclusión considero que es importante que un docente sea reflexivo ante su propio proceso comunicativo al frente del aula. Una transformación verdadera no es posible sin este elemento reflexivo. Por otro lado, es preciso que el docente tenga una habilidad meta-cognoscitivala novedad. Hoy son los recursos digitales. Aún se está evaluando el impacto real que pueden llegar a tener y la manera en que modifiquen las estructuras cognitivas de los alumnos; lo cierto es que ningún medio será efectivo en cuanto la intencionalidad del docente no haya pasado por una disciplina, un control y una reflexión proporcional. desarrollada, para que pueda modelar en sus alumnos dicha habilidad, puesto que un mero acompañamiento teórico sin actividades de aprendizaje que le permitan al alumno descubrir sus propios procesos de aprendizaje, sería una verdadera perdida de tiempo y una reproducción más del mismo sistema que se pretende criticar o transformar. El docente del nuevo milenio tiene una tarea aún más eminente: el dominio de algunos elementos tecnológicos que cada dia están más de moda y que son el principal punto de referencia de las generaciones actuales. Si bien es cierto que se puede dar una excelente lección con nada más que un gis, un pizarrón y mucha creatividad, también es cierto que la incorporación de los medios digitales, los recursos tecnológicos de vanguardia y los elementos de la cultura audiovisual de la que son usuarios los jóvenes actuales, permiten una tradicción más efectiva de los mensajes en el aula. Nuevamente hay que tomar distancia con esta aseveración para no confundir el medio con el fin. Caer en la visión simplista implicaría permitir que los medios y recursos se conviertan en los principales motivadores de la clase sin introducir un elemento crítico y consciente del uso del medio. Esta aseveración vale en general para cualquier recurso, técnica, estrategia o medio que se emplee como apoyo a la labor docente. En su tiempo fueron las actividades las que dictaron la pauta de

Ya por último, y cerrando el tema de la comunicación quisiera decir que no basta el uso efectivo de las tecnologías, ni el dominio del tema a tratar, sin un uso estratégico de los recursos y habilidades comunicativas. Cada vez me parece más claro que el docente debe cultivar ciertas habilidades más cercanas al arte para lograr su cometido. En este sentido me refiero, con riesgo de sonar jocoso, al arte de la actuación y la improvisación, a la retórica y la oratoria o al empleo mesurado de elementos básicos de estas disciplinas. No es gratuito que los mejores comunicadores siempre tienen una especial proporción de estos elementos en su personalidad. Lograr la proporción es un camino y un viaje que no todo docente logra emprender, pero que si es consciente, en algún momento se habrá dado cuenta de que es así.

8 comentarios:

Alma Rosa dijo...

Lo que llamó mi atención, es precisamente lo que mencionas sobre el primer recurso con el que cuenta no sólo el docente, sino todo ser humano: el lenguje.
y cito a Julieta García (1998) y su definición de ESTRUCTURA DIDÁCTICA:
Es la representación formal del proceso enseñanza-aprendizaje en una situación escolar y sus ejes analíticos son:
a)De enseñanza (profesor-contenido-estrategias)
b)De aprendizaje (alumno-contenido-objetivos)
c)DE COMUNICACIÓN (alumno-contenido-profesor)

"Concebir las relaciones entre estos elementos bajo una lógica de interacción generalizada nos permite sostener que son una condición necesaria, pero no suficiente, para que el proceso de enseñanza-aprendizaje escolar se pueda efectuar"

Jorge Aaron Garciafigueroa Asencio dijo...

ahhh gracias por la referencia, la tendré en cuenta para la tesis

Jan dijo...

Entonces nuestra tarea es CONOCERNOS y SER CONSCIENTES, CONOCER LA DISCIPLINA, CONOCER AL ALUMNO --> PLANEAR ESTRATÉGICAMENTE, DISEÑAR.
Para poder así COMUNCARNOS CON EL ALUMNO y lograr el aprendizaje.

Armando dijo...

Jorge:
Ya que haz mencionado a Heidegger, creo pertinente recordar de él, el gran peligro que tenemos como seres humanos de caer en el Uno, en esa despersonalización de una masa informe que nos quita todo rasgo de identidad propia. Y los medios, mal empleados, como comunmente se ha hecho, sólo con fines de mercado, puede llevarnos a tal situación. Para evitar tales peligros en los medios de comunicación debe darse una ética y un humanismo que permita encausar la explotación adecuada de tales recursos. Saludos Armando Rubí Velasco.

ALEJANDRA dijo...

Hola Jorge:

Sabes, la analogía que haces sobre la "comunicación" que se da entre ordenadores y máquinas, y la que se da en un esquema tradicional no me queda muy clara, me cuesta trabajo compararlas pues en el caso de las máquinas, no la considero comunicación, más bien estas son programadas y el efecto estímulo-respuesta es siempre el mismo porque eso es lo que se espera de ello, y con nosotros siendo seres humanos que interactuamos con el otro, reaccionamos depende de nuestras experiencias, de la situación y el momento que estemos viviendo.

Sin embargo creo que como tú lo mencionas, para lograr una comunicación efectiva entre el profesor y sus alumnos, debemos considerar muchos factores que influyen y determinan lo que se puede lograr y lo que no al promover la comunicación en el aula. Tu comentario me hizo pensar que cuando te propones innovar estrategias de comunicación que promuevan el trabajo del alumno, de pronto el mismo esquema tradicional te limita, pone barreras muy marcadas por las creencias de lo que debe ser la educación...
saludos
alejandra

Mackrina dijo...

Jorge:

Hablar de las principales misiones de la educación para este siglo XXI, implica pensar en las nuevas necesidades de nuestros estudiantes formados con las virtudes y los vicios propios de las últimas décadas. De alguna manera nosotros también somos parte de la nueva cultura de la globalización, pero estamos a mitad del camino. En este sentido fuimos algo privilegiados, pues pudimos disfrutar de algunas mieles tecnológicas, pero también fuimos formados con otros tipos de elementos que nos permiten ver que existen otras posibilidades de vida y no sólo la que se nos ha señalado como correcta. En este sentido, pienso que un docente no sólo debe incorporar los nuevos medios de comunicación en su práctica concreta, sino también enseñar a los estudiantes a ser críticos de su entorno, que no sólo hagan una lectura integrada de su realidad, sino que aprendan también a construir alternativas de vida. Coincido en que no podemos ser indiferentes a las nuevas necesidades que requiere un sistema globalizado, pero tampoco podemos apartar la mirada de nuestro sentido crítico. Creo que ahora, con la globalización, es cuando más falta hace formar estudiantes con capacidad crítica o por lo menos no tan integrada.

Cecilia dijo...

Esta disertación me gusta, porque es la propuesta de un profesor, con una visión integradora del proceso de comunicación con la enseñanza. El discurso de comunicación eficiente situada en el contexto de la comunicación en el aula, instiga a la transformación, a la innovación, en un espacio abierto, que deje ser transmisora tradicional, donde se puedan transformar los sistema educativos para inducir el desarrollo autónomo, que optimice la comunicación y que además fomente el desarrollo de individuos tolerantes, justos, reflexivos, congruente con la teoría y la práctica. Coincido totalmente en tu amplia posición, y tuve que ampliar mi vocabulario en el diccionario, algunas palabras no las conocía.

Tesalia dijo...

uy uy uy con tanta opinión que les dire, coincido con macrina, nosotros estamos un poco atrazados en relación con los jovenes de ahora, pero como hemos estado en la transición tenemos la experiencia de las alternativas antiguas, y las alternativas que dicta la última moda tecnológica. Hay que formar alumnos concientes de su realidad, criticos. Mostrarles otras herramientas que les pueden ser útiles en su vida, hacerles notar que una carta escrita, un gesto, una palabra, un dibujo que se yo... realizados por ellos mismos los acerca los acerca mas, ahora mismo al estar ecribiendo se me hace tan impersonal,cuando tenemos esas ricas discucione-criticas en clase me siento muy a gusto pues veo a la persona que opina para bien o para mal.